16 octubre 2008

THE CLASH: MAKINARIA KONKRETA

por Kris Needs, revista ZigZag (Inglaterra), abril 1977.

EN ESTE MOMENTO no hay un grupo de la Nueva Ola que se acerque ni un poco a The Clash, en vivo o en sus discos. En un año se volvieron la banda en vivo más fascinante del país, y pronto van a editar un álbum que es el debut más atrapante en años. Creo que será tan importante como el primer álbum de los Rolling Stones en darle una nueva dirección al rock'n'roll.

Los grupos de la Nueva Ola que hasta ahora han hecho álbums -The Hot Rods y The Damned- anduvieron bien haciendo música fiestera, pero los Clash son algo mucho más importante y vital. No sólo que su música es original y letalmente enérgica, sino que además es la brújula de una actitud totalmente nueva de creatividad positiva que, si se le pega al público, solamente puede ser algo bueno. Están tratando de despertar a la gente a la realidad, además de profundizarse en la fina esencia del último rock'n'roll.

La primera vez que vi a The Clash fue en su primera fecha fuera de Londres, en el Leighton Buzzard's Tiddenfoot Leisure Centre, más o menos a una hora de Londres. El lugar era como un salón grande de hotel, lo que hacía que el público se parara en los asientos.

Cuando los Clash subieron al escenario fue como una inyección de electricidad en el aire humeante. Atacaron con "White riot" con una energía destructiva, moviéndose y saltando como robots mecánicos fuera de control. En media hora nunca aflojaron. A pesar de los problemas de sonido, estuvieron increíbles, casi sobrepasándose en su ataque y convicción.

Los Clash son: Mick Jones (primera guitarra, voz); Joe Strummer (voz, guitarra); Paul Simonon (bajo, voz). No tienen un baterista permanente, aunque Terry Chimes ha hecho la mayoría de las fechas con ellos y toca en el álbum.

Su manager es Bernard Rhodes y ensayan y se juntan en un galpón enorme que él encontró en Candem Town, entre Dingwalls y The Roundhouse. Lo convirtieron en una sala de ensayo bajando las escaleras, con cortinas rosas y sillas viejas de peluquería, para agregarle comodidades hogareñas. Y subiendo las escaleras es donde el grupo crea sus atuendos, modernizando ropa de oferta con parches hechos con pintura acrílica y eslógans. Barato e impactante.

Mick: "Alentamos a los chicos a que se pinten la ropa. De esa forma participan, se sienten parte. Ahora vienen y nos muestran ideas que nos gustan".

Volvemos a la música. Ellos escriben sus propias canciones; ningún tema de los Clash dura más de tres minutos, y no muchos pasan de los dos. Cada uno es rápido, afilado y vigoroso, con estribillos insanamente pegadizos. Las canciones son viciosamente actuales y directamente inspiradas por el entorno londinense del grupo.

"White riot", por ejemplo, fue escrito después de que Joe y Mick quedaron atrapados en los disturbios de Notting Hill el año pasado. [*ver nota al final]

"Janie Jones" se refiere a un tipo con un trabajo aburrido, que se escapa al enamorarse de Janie Jones (la cabaretera que fue presa). "London's burning" (Londres se quema... con aburrimiento) es según Joe Strummer "una celebración de los modales occidentales bajo la luz amarilla". "1977" es una mirada fría al futuro/presente: "No hay Elvis, Beatles ni Rolling Stones en 1977", y "No tengo la suerte de ser rico; fusiles en Knighstbridge". Hay montones de canciones vitales y llenas de energía.

Los Clash son una banda muy londinense. No podrían vivir en otro lado, porque su música lo sufriría.

"Nos encanta este lugar: bloques de departamentos y cemento", dice Joe. "Odio el campo. En el momento que veo vacas, me enfermo", dice Mick, que dice nunca haber vivido a la altura del suelo.

The Clash se formó este mes, hace un año. Originalmente, Mick, que viene de Brixton al igual que Paul, era integrante de London SS, discutiblemente la primera banda de la Nueva Ola. La formación incluía a Brian James (ahora con The Damned) y Tony James (bajista de Generation X). Estaban ensayando en 1975, Paul vino a un ensayo un día y lo conoció a Mick, que hizo que cantara. "Nunca había cantado o tocado el bajo en mi vida".

Los SS "no funcionaron" y se separaron antes de presentarse en vivo. Mick se juntó con Paul y formó The Heartdrops, que después se convirtió en The Clash. Paul aprendió a tocar el bajo pegándole puntos blancos al puente del instrumento que había adquirido.

También había otro guitarrista: Keith Levine, que misteriosamente se fue en otoño pasado y está armando su propia banda.

Necesitaban un cantante, y un día que Mick y Paul estaban caminando por una calle de Shepherds Bush, se tropezaron con Joe, que todavía estaba en los 101ers. Mick le dijo que era bárbaro pero que su banda daba asco, y le pidió que se uniera a The Clash. Joe estaba aburrido de cantar clásicos de pub rock, y a pesar de que los 101ers estaban creciendo rápido, se separó y se unió a The Clash (el 1 de abril, para ser preciso).

Cuando salió el single de los 101ers "Keys to your heart", Joe estaba firmemente metido con los Clash. Adiós al rhythm & blues, hola 1976. Cuando estuvieron listos, los Clash se destaparon en una sala de ensayo llena de prensa y amigos. La fecha era viernes 13. La reacción fue inmediata y consiguieron críticas muy favorables.

Lo que siguió fue una serie selecta de fechas en Londres, en lugares como el 100 Club (donde se hizo el festival de p*nk rock el verano pasado **), el recital nocturno de los Sex Pistols en el Screen on the Green, y dos en el Instituto de Artes Contemporáneas -ICA- (el último fue cuando Patti Smith saltó al escenario durante el tema "I'm so bored with the USA").

Los Clash siempre se tomaron en serio las fechas; nunca están contentos con simplemente hacer ruido por el circuito noche tras noche. Tocaron en The Roxy una sola vez (en enero) y a menudo organizan sus propios recitales. De esa forma está todo bien y se vuelve un verdadero suceso. Tal vez pierdan dinero, pero lo hacen a cambio de unas fechas geniales. Los recitales del ICA fueron en la Universidad Real de Artes, donde los estudiantes hippies tiraban vasos al escenario, y el último, el 11 de marzo en Harlesden Colosseum.

The Clash también fue parte de la fatídica gira "Anarchy" de los Sex Pistols en diciembre pasado, junto a The Damned y The Heartbreakers. Como sabrán, la mayoría de las fechas fueron canceladas por dueños huraños y moralistas, cuando los Pistols le dijeron cosas sucias al provocador [conductor de TV] Bill Grundy.

Mick: "Eso fue un bajón moral. Pensábamos que éramos las mejores bandas de rock'n'roll conquistando el mundo. Estaban todos muy entusiasmados... pero el día antes de empezar, pasó lo de Grundy y se empezaron a cancelar las fechas".

Paul: "Fue muy feo que se cancelara. La gira era por una causa, de alguna manera... éramos chicos que nada más queríamos tocar. Estuvimos encerrados en las habitaciones de los hoteles un par de días, queriendo tocar, y después nos decían que las fechas se habían cancelado, y esperábamos tres días más en la habitación. De todas formas era divertido leer sobre esto en los diarios".

Mick de nuevo: "Los Pistols lo sufrieron bastante. Fue muy trágico, pero aprendimos un montón de eso. Sabías que tenía que llegar el momento".

La oposición mezquina y burocrática que se encontraron los Clash en esa gira, solidificó una de las cosas que ellos enfrentan: la opresión.

"Hoy hay mucha opresión", dice Mick. "Estamos poniendo a la gente al tanto de eso y oponiéndonos".

Uno de los mejores recitales en los que he estado recientemente fue en el que organizaron los Clash por su cuenta en el Harlesden Colosseum. Fue una lección de organización: ¡solamente 10 minutos de espera entre cada banda!

Fue una fecha importante para cada uno de los grupos participantes. The Slits, la primera banda p*nk totalmente femenina, estaba debutando. The Subway Sect no tocaba desde noviembre; los Buzzcocks hacían su primera aparición con la formación nueva tras la partida del cantante Howard Devoto; y los Clash tocaban por primera vez en tres meses desde su firma con CBS.

El Hardlesden Colosseum es un cine porno paquistaní que a menudo lleva muchísima gente hasta las 3 de la mañana. Los Clash lo descubrieron cuando estaban ensayando para el Anarchy Tour en el teatro Roxy de la misma calle. Les gustó la imagen del lugar y les pareció que podía ser un lugar bárbaro para recitales de rock. Bernard decidió ir y ver cómo funcionaba.

Por dentro el Colosseum es la definición clásica de un salón pulgoso: toda la pintura pelada y los asientos manchados. Los dueños parecían más bien desconcertados por la repentina invasión de p*nks.

Cuando llegué al Colosseum más o menos a las 2.30, estaban todas las bandas menos los Clash, aunque Mick había llegado antes por estar muy entusiasmado con la fecha. Mientras los plomos armaban el escenario y las bandas entraban sus equipos, Mick y yo nos dirigimos a la platea alta y veíamos hacia abajo la ajetreada actividad.

"Qué bárbaro, no?", dice Mick entusiasmado. "Nuestra propia fecha... estoy muy ansioso. Esto es más que una fecha, ¡es un evento importante!"

Mick también habla rebosante del álbum que se viene. Les llevó solamente dos semanas hacerlo y CBS, que firmó con los Clash por una suma de seis cifras, les dio control total. Apenas la banda dejó su marca en el contrato del CBS, sabían que los iban a acusar de venderse. "Me señalan en todos lados", dice Mick.

Pero el trato no los convirtió en super-estrellas con grandes gastos. Tienen algunos equipos nuevos, Joe consiguió dónde vivir, Mick se compró un estéreo. Pero son el mismo grupo, excepto que con más medios de expresión para su música. CBS es una de las compañías discográficas más grandes del mundo, por lo tanto más gente va a conocer y escuchar el álbum de los Clash que si hubieran firmado con un sello chico, o si hubieran hecho una edición independiente.

Mick: "Creo que es importante que no cambiemos. Lo que pasa en este momento es que por fin tenemos la oportunidad de sacar discos. Lo que importa son los discos, por eso teníamos que hacer uno. Hay que grabar discos. Podés hacer tu propio sello, y no muchos lo van a escuchar. De esta forma más gente va a escuchar nuestro disco. No me importa si no les gusta o no lo compran, mientras lo escuchen. Tenemos control total. Son todas ideas nuestras. Sabíamos lo que queríamos hacer, así que entramos al estudio y aprendimos mientras grabábamos".

The Clash grabó algunas partes en los estudios Polydor, y en una época se produjo una batalla para que firmaran con ese sello o la CBS. Guy Stevens, el lunático infame que produjo los primeros discos de Mott [the Hoople], hizo esas sesiones.

"Fue una grabación bárbara con Guy Stevens... fue fantástico cuando la hicimos. La verdad que él nos entusiasmaba, pero cuando fue la hora de la mezcla, estaba un poco desordenada". Así que la sesión siguiente puso al sonidista de los Clash, Micky Foote, en la silla de productor. Grabaron "White riot" y "1977". En comparación con el álbum, "White riot" tiene un sonido muy crudo y caótico y voces un poco borrosas, pero de todas formas es un verdadero sofocón.

Mick: "No está tan al frente como en la producción del álbum, pero de todas formas es una gran canción de rock'n'roll".

¿Y el álbum? "Bueno, estamos muy entusiasmados. O sea... ¡es un Disco! ¡Está destinado a ser un clásico!"

Paul agregó más tarde: "Suena muy bien... mucho mejor que el single. Creo que definitivamente capturamos el sonido del vivo". Mick está de acuerdo, pero dice que el álbum también logró ser un verdadero producto de estudio, más que una simple reproducción de la presentación en vivo. "Usamos el estudio para hacer que suene bien".

Tiene 14 temas, incluyendo los favoritos de los vivos, como "48 thrills"***, "London's burning", "I'm so bored with the USA", "Protex blue", "Hate and war" y otra versión "más salvaje" de "White riot". También hay una gran sorpresa: una versión rockera de seis minutos del exítosísimo hit reggae del año pasado, "Police & thieves" de Junior Murvin, que va a sorprender a algunos.

Acá no puedo andar con rodeos. Lo escuché una sola vez, pero sé que es el álbum más fascinante que escuché en años. No puedo pensar por más de un minuto sin sentir que voy a explotar (¡y ni hablar de escribir sobre eso!) Podés escuchar las letras, tiene el sonido de guitarra y batería más duro de la historia, distintos trucos de estudio fortalecen la producción y hace que algunas canciones sean incluso más efectivas... pero lo más importante es que capturó la esencia de The Clash. Su intensa convicción está acá con toda su gloria. ¡Es magnífico por donde se lo mire! Si no vende bien, yo soy Hughie Green. Aunque no lo comprés, aunque sea ESCUCHALO. Es uno de los discos más importantes de la historia.

Le pregunté a Mick sobre la atrevida inclusión de "Police and thieves". Me respondió: "Es una progresión lógica. Obviamente hay muchas conexiones entre nosotros y lo que pasa con los rastas. Simplemente pareció bien hacerlo. Tenemos mucho material nuestro, pero quisimos hacer una canción de otro. ¿Qué íbamos a hacer? ¿Un refrito de los '60? Hagamos algo del '76, no? Tratemos de encender a la gente. Es un tema de rock en 4/4, pero es experimental. Incorporamos técnicas de dub-reggae. Probablemente nos puteen, pero no nos importa. No entienden que lo que tratamos de hacer es redefinir la escena y dejarle en claro a la gente hacia dónde ir. Hay que tomar riesgos todo el tiempo. Por eso lo hicimos: como un riesgo".

Y funciona. Esperá a escucharlo... ¡te va a dejar pasmado!

Mick dice que su tema favorito es una canción nueva que se llama "Garageland", el último tema. "Hacia dónde vamos después. El estribillo dice "Somos una banda de garage y venimos de la tierra del garage". Eso es lo que somos. También hace un comentario de la situación actual, en que todos los grupos son contratados".

¿Cómo va a seguir The Clash? "Bueno, siempre va a ser rock'n'roll, pero tenemos la esperanza de mejorar el aura del sonido".

A los Clash también les gustaría hacer algo como una emisora de radio alternativa. Hay planes, pero necesitan dinero.

Volviendo al punto de vista de Mick sobre las bandas que son contratadas: "Es una bola de nieve. Formás un grupo y a la semana siguiente tenés un contrato de grabación. Está bárbaro si hacen unos discos geniales, pero hasta ahora no han hecho grandes discos. No han surgido grupos muy buenos recientemente... nada más grupos comunes. No me llevan al punto en que rockean. La calidad general de la música es un poco tosca. Son como películas para televisión. Pero prefiero escuchar eso que una lista de compras. La verdad que está creciendo".

Mick está muy contento de ver gente que hace el esfuerzo de armar bandas. Paul también: "Lo genial de este ambiente es cómo los chicos crean bandas. Lo que pasa es que tienen que hacer algo original, y eso es muy difícil. Si tratás de ser como otra banda, eso te puede tirar mucho para atrás".

[...]

Apagamos la cinta para fijarnos en lo que pasa abajo. Mick sube al escenario y enchufa su nueva guitarra acrílica. Paul, que presenta un peinado nuevo teñido de amarillo, charla conmigo en el baño de mujeres... el único lugar tranquilo, salvo cuando entraban las mujeres.

Pronto se hizo la hora de la prueba de sonido de The Clash. Ajustaron los problemas de sonido con "London's burning" (dos veces), "Garageland" (que en la primera prueba sonó estupendo), y... ¡reconozco esos acordes!... "Roadrunner" de Jonathar Richman, con el estribillo cambiado a "Radio One!" Suena fantástica Clashificada. Mick dice que tal vez la hagan como bis, pero no sucede. "No la pudimos armar". Paul dice que de todas formas odia la canción.

Cuando los Clash se retiran al camarín -¡el lugar desde donde se proyectan las películas!-, la gente empieza a entrar. Considerando que el lugar está en el medio de Harlesden y que está lloviendo, hay una buena convocatoria. La atmósfera crece toda la noche... y es eléctrica para la hora de los Clash.

Al principio estuvo The Slits, que estuvo bárbaro, superando los problemas de sonido con energía pura. La cantante de 14 años, Arianna, que estaba cubierta seductoramente con una minifalda de cuero negra y medias de red, pateaba y gritaba como una nenita con un berrinche en una fiesta. Creía que no la escuchábamos, pero sí! [...] Las Slits hicieron una carrera de 30 minutos con sus caciones, empujadas por la fuerza increíble de una baterista llamada Palmolive, que arrasaba todo el tiempo el bombo. Estoy ansioso por volver a ver a The Slits.

Los siguientes fueron los Subway Sect, cuyo manager ahora es Bernard, de los Clash. Han cambiado de ser la banda de divagues de dos acordes que vi en noviembre. Han ensayado mucho en el estudio de los Clash y tienen un repertorio completo de canciones nuevas, que son complicadas y un poco raras. El cantante Vic terminó el set tropezándose hacia atrás y cayéndose... y en todo el set ni se movió.

A los Buzzcocks rearmados les fue bien. Pete Shelley, el tipo con media guitarra, ahora es el front-man. Se vistió de negro, mientras que el resto del grupo usó camisas Mondrian pintadas a mano. Con Pete desatado (tocó algunos solos raros de guitarra), los 'Cocks tienen mucho potencial.

Era la noche de los Clash, de todas formas, y fueron enceguecedores... a pesar de algunos obstaculos como cuando el sonidista hippy desconectó un cable accidentalmente.

Era bárbaro verlos atrás del escenario engalanados con nuevos atuendos y botas. El público frente al escenario se volvió loco, haciendo pogo por el aire, gritando las letras, sacudiéndose hasta la muerte y cayéndose en la montonera. Pero no podían ver lo que estaba pasando, que era un show por sí mismo.

Hubo algunas declaraciones geniales de Joe. Alguien gritó algo del contrato con CBS. "Sí, estuve en el sur de Francia comprando heroína", dijo. En otro momento: "Soy el hijo de Bruce Lee", afirmó, antes de dirigir la banda a otra explosión devastadora de dos minutos. Fue un set bárbaro.

Al otro día vi una grabación en video del recital. Un tipo llamado Julian está haciendo una película en video de los Clash. Es un estudiante en la Escuela de Cine de Londres y, usando sus equipos, ha estado filmando recitales y entrevistas desde el Anarchy Tour. No es seguro que la película se vaya a proyectar, pero espero que lleguemos a verlo de alguna manera, porque es explosivo.


Viendo la grabación del recital del viernes comprobó lo impresionante que son los Clash en el escenario. En el entusiasmo te perdés cosas como cuando la faja de Mick se rompe y tiene que sostenerla como una ametralladora para terminar el tema; Joe temblando por el escenario como una piraña electrocutada; o Paul tocando un acorde gigante en el bajo con una violencia que casi se le sale el brazo.

Esos son los Clash exigiéndose hasta el límite. Lo mínimo que se puede hacer es escucharlos. ¡Nunca vas a volver a ser el mismo!

© Kris Needs, 1977

(*) Un disturbio racial se produjo en el área de Notting Hill en 1976, cuando terminaba el Carnaval y la policía detuvo a un ladrón de billeteras. Un grupo de jóvenes negros fueron a defenderlo y se produjo un disturbio que creció y terminó con más de 100 policías heridos. En realidad los que quedaron atrapados fueron Joe Strummer y Paul Simonon.

(**) El artículo es de la época en que "punk" era un insulto.

(***) 48 hours.

TRADUCCIÓN: LEPO

http://fotolog.com/soy_esto

http://fotolog.com/punkacero

http://youtube.com/punkacero

21 junio 2008

10 julio 2007

The Clash: Manifiesto del punk




Robert Hilburn, Los Angeles Times, 17 de septiembre 1978
TRADUC.: LEPO.




A las bandas de rock les gusta hablar de su independencia y su integridad, pero la mayoría están tan preocupadas por vender como los realizadores de las sit-coms.
Cuando el movimiento punk se ganó los titulares el año pasado en Inglaterra, decenas de jóvenes dejaron de tratar de imitar a los viejos Yes y Jethro Tull, para subirse al nuevo vagón.
La corrida hacia el punk, sin embargo, se vio descarrilada en enero cuando el público estadounidense rechazó a los británicos Sex Pistols, la agrupación punk más colorida y publicitada.

Las compañías discográficas siguieron editando algunos LPs punk, pero con pocas ganas. La promoción escaseaba y la difusión radial aún más. Los sellos se dieron cuenta que el público conservador de EE.UU. no querían saber nada con la ética de los alfileres de gancho.
Las bandas también corrieron a refugiarse. Muchos grupos hardcore punk agresivos se volvieron power pop y new wave, y ablandaron su postura. Ahora el punk funciona comercialmente. Nadie quiere verse asociado al punk. Excepto The Clash.

"Somos una banda de punk rock", afirma Mick Jones de The Clash. "Somos fieles al espíritu inglés del '76. Cuando otras bandas vieron lo que pasaba, creyeron que el punk era 'lo que se venía'. Así que quisieron meterse.

"La mayoría eran una basura. Nada más querían sacar ganancias de algo que habían empezado unos pocos. Pero cuando los Pistols vinieron acá y medio que naufragaron, se detuvo el fanatismo por el punk. Las bandas se escapan hacia otros lados. Que les vaya bien. Nosotros vamos a seguir. Dentro de un año, esas bandas van a volver arrastrándose".

Mick Jones tiene un aura que lo hace ideal para una película sobre punk rock. Sentado en el piso de un hotel de segunda categoría en West Hollywood, parece no haber dormido por varios días. Está con su guitarra y no sabe si tener o no pelos en la lengua para la entrevista.

Cuando se le pregunta si está contento con el nuevo álbum que la banda ha estado grabando en San Francisco, dice: "Sí, estamos más felices que la m..."

Jones dice que en Inglaterra se le ha dado demasiado énfasis al asunto de que los Clash son una banda "política".

"A mí me interesa la política", dice. "Podría decir muchas frases armadas sobre las condiciones políticas de Inglaterra, pero nosotros escribimos sobre muchas cosas. No nos cerramos en uno o dos temas. Yo escribo sobre cualquier cosa que me interese.

"Lo que me más me interesa es la energía del rock n' roll, lo que puede generar en la gente. Vi a Mott the Hoople hace varios años y nunca me voy a olvidar el frenetismo que había en ese lugar. La gente se volvía loca. Ahí supe que quería ser rockero.

"Me demostró el impacto que puede tener la música en la gente. Me quedé pensando en eso varias semanas después. Era un momento duro de mi vida. La música era una de las pocas cosas que tenía para aferrarme. Cuando ya tuve la edad suficiente para estar en una banda, ya la emoción se había ido. La gente escuchaba bandas que escucha mi abuela. Después surgieron un montón de bandas que trataron de revivir esa vieja energía. De eso se trataba el espíritu del '76 en Inglaterra.

Los EE.UU. van a tener un primer acercamiento a los Clash este otoño [boreal]. El nuevo álbum ['Give'em Enough Rope'] de la banda tiene fecha de lanzamiento en noviembre, y hay una breve gira planeada. La CBS además está considerando por fin lanzar el primer LP de The Clash.

Con la reacción conservadora que tuvo este país hacia los Pistols, el futuro comercial de The Clash está en duda. Puede que surjan los mismos planteos que se le hicieron a los Pistols: que hablan de cosas muy inglesas, que la música es muy primitiva, que la postura es muy agresiva.

Jones, que estuvo probando los gustos rockeros de EE.UU. durante las grabaciones del nuevo álbum, no subestima el desafío que se viene.

"El público inglés me parecía apático cuando empezamos, pero nunca vi un lugar tan insalubre para el rock como EE.UU. Tal vez ya sea muy tarde. Puede que ya nunca los podamos despertar.

"Más que el público de rock, acá lo peor son las bandas de rock. Si pudiéramos destruirlas a todas de un saque, sería perfecto. Para mí las bandas estadounidenses (y las inglesas que imitan a las estadounidenses) son un cáncer. Es hora de que vengamos con un manifiesto para el cambio. Lo único que podemos hacer es intentarlo. Si la gente no entiende lo que somos -la GRAN banda de rock n' roll de los '70-, es problema de ellos".



30 junio 2007

La eternidad de un punk


Joe Strummer murió en el año 2002. Su legado no será sólo musical: ahora, el director Julien Temple (a cargo de tres filmes sobre los Sex Pistols) se encargará de contar quién fue.


Julien Temple y Joe Strummer se conocieron en los principios de The Clash, cuando el primero filmó a la banda por unos meses antes de que esta tenga un contrato fijo. Pero su relación pronto se enfrió cuando Temple comenzó a formar parte del círculo de Sex Pistols, grupo del que hizo tres películas.

En 1997 la amistad renació, con la mudanza de Strummer a Somerset y las cosas comenzaron a mejorar. Pero la muerte de Joe en diciembre de 2002 dejó a todos atónitos y sus amigos más íntimos –entre los que se encontraba Temple- se vieron a sí mismos en un período de inactividad, imposibilitados de buscar la mejor manera de homenajear a su amigo. Con el tiempo las ideas comenzar a surgir, y empezaron por hacer un círculo de piedra en el patio de su ex casa. La idea parecía no ser suficiente, y así Temple pensó que sería bueno para que todos puedan salir adelante, hacer una película. Una especie de duelo para ellos y para que Joe pueda ser recordado por ese medio.

El resultado de esta apuesta es El futuro no está escrito (The Future Is Unwritten), un documental de dos horas que sigue a Strummer en la escuela pública, en sus años punk, durante la década perdida (luego de la separación de The Clash) y sus últimos años –aparentemente felices- cuando estaba al frente de Mescaleros e intentaba reunir a los integrantes de The Clash.

Temple es conocido por hacer documentales exitosos acerca de temas complejos. Así fue que para encarar este desafío se le ocurrió entrevistar amigos y fans de Joe Strummer alrededor de fogatas. La idea surgió porque el cantante de The Clash estaba obsesionado en sus últimos años con las fogatas, y creía que ese era el único ámbito donde dos personas podían realmente llegar a conocerse. Y la idea funcionó, tanto que Temple logró reunir las opiniones de Martin Scorsese, Bono, Steve Buscemi, John Cusack, Johnny Depp y Matt Dillon entre otros. La única ausencia es la de Paul Simonon, bajista de The Clash.




Fuente: http://www.ciudad.com.ar/

30 mayo 2007

Nicky "Topper" Headon



Feliz Cumpleaños

Headon fue reclutado para The Clash luego de que el baterista original, Terry Chimes, abandonara la banda tras la emisión del álbum debut The Clash UK. Según sus propias palabras, en un principio pretendía permanecer en el grupo hasta ganar suficiente renombre como para integrar una banda de mayor importancia y que se adecuara más a sus gustos musicales como el jazz y el soul, sin embargo, decidió quedarse finalmente al ver el potencial musical de The Clash. El cantante y guitarrista Joe Strummer, dijo en el documental Westway to the World que la destreza de Topper y su capacidad para tocar muchos estilos musicales más allá del rock fueron una parte clave para el éxito de la banda. Sumado a esto, el productor Sandy Pearlman lo definió como la caja de ritmos humana por su perfección tempística. Headon compuso e interpretó casi por su exclusiva cuenta el hit "Rock the Casbah" del álbum Combat Rock tocando la batería, el piano y el bajo en la grabación. Además, compuso y cantó el tema "Ivan Meets G.I. Joe" de Sandinista!.
En 1982, los otros miembros del grupo decidieron expulasar a Headon ya que su adicción a la heroína estaba afectando tanto su salud como su capacidad para tocar la batería. Su reemplazante en principio fue nuevamente Terry Chimes y, luego, Pete Howard.
Luego de The Clash, Topper estuvo cerca de unirse a la banda Big Audio Dynamite de su ex compañero en Clash Mick Jones pero, dada su aún severa adicción, se mantuvo al margen. En 1986, Headon grabó el álbum solista Waking Up que tuvo poca difusión comercial. Ese mismo año, debió cumplir una condena por proveer drogas y, tras salir de prisión, entró en una clínica de rehabilitación para curarse finalmente de su adicción.
Desde la separación de The Clash, el baterista se ha mantenido al margen de la escena pública apareciendo únicamente en el documental Westway to the World donde fue entrevistado junto al resto de los miembros del grupo. En el mismo, se disculpó por los efectos que causó su adicción pero admitió que no se arrepentía de nada y que si no lo hubieran expulsado probablemente la banda no se habría separado tan pronto.

30 abril 2007

"Redemption Songs. La biografía definitiva de Joe Strummer" - de Chris Salewicz


¿Qué es lo que hace novedoso a este libro?


Chris Salewicz: Me sorprendí cuando me enteré que Joe fue miembro de la Misión de la Luz Divina del Guru Maharaji. También me adentré en los detalles sobre su familia, su infancia, y su vida en el colegio. Por ejemplo, cuando su padre (era diplomático) fue enviado junto a su familia a Egipto, se mudaron a una casa ocupada por el espía Donald Malean; y el padre de Joe compartió el almuerzo (que consistía en una botella de vodka) con otro “super espía”, Kim Philby.
Mucha gente encontró más interesante el material que no trataba sobre la época Clash, que ocupa menos de la tercera parte del libro.
Los años “vacíos” de Joe, como él mismo los describió, dicen tanto de él como cuando estaba en la cima de los charts.
También traté de hacer el libro lo más divertido posible, por que así era Joe para mi, al igual que The Clash. Por ejemplo cuando Joe estaba filmando “Mystery Train” con Jim Jarmusch se encontraron en un hotel de Memphis con los miembros de INXS. Michael Hutchence estaba rodeado de adolescentes en minifalda. “Debe ser extraño ser un símbolo sexual” le dijo Joe a Hutchence. “Vos deberías saber cómo se siente- le respondió Hutchence- vos estabas en The Clash” “Sí, pero yo nunca fui un símbolo sexual- dijo Joe mientras sonreía- Sólo fui el portavoz de una generación

23 abril 2007

Spanish Bombs in Granada: Joe Strummer dando vueltas por Andalucía

Jesús Arias:

Esencialmente, Joe Strummer era un tío generoso. Casi nunca llevaba dinero encima pero, en cuanto lo tenía, podía gastarlo en lo que fuera, hacerte un favor o, si se encontraba con un colgado por la calle que le caía bien, darle toda la pasta que llevaba en los bolsillos o ir al banco a sacar dinero para dárselo.

Recuerdo una anécdota curiosa. Cuando él llegó a Granada por primera vez, traía una magnífica gorra de cuero con la inscripción 'Out of control'. Yo estaba colgadísimo por aquella gorra (yo solía utilizar gorra en nuestros conciertos), pero me daba corte hacerle algún comentario a Joe al respecto. Unos meses después, mientras grababa con 091, volvió de Madrid y, mientras charlábamos, casualmente, le pregunté por la gorra. "¿La vieja gorra de 'Out of control'?", me preguntó. "Sí, ésa", dije yo. "Se la regalé a un tío en el metro de Madrid. Me dijo: Hola, tío, me gusta esa gorra que llevas. Y se la regalé". Sobran los comentarios de cuántas veces le dije: "You, fucking bastard, you, fucking bastard" a Joe el resto del día. Pero, esencialmente, era así. Yo tuve durante meses un pedal de eco Boss suyo que se acababa de comprar en una tienda y que le pedí que me lo dejara para echarle un vistazo. "¿Quieres probarlo?", me dijo mientras me lo ensayaba. "Si me lo dejas...". "Llévatelo, ya me lo das cualquier día". Seis meses después, le tuve que recordar que yo seguía teniendo su pedal de eco. "¿Es bueno?", me preguntó. "Sí, muy bueno. He grabado muchas cosas con él". "Si quieres, quédatelo".

Fui honrado y se lo devolví. Pero, si no lo hubiera hecho, él jamás lo habría pedido. De ésas tengo a miles. Literalmente: a miles.





Joe Strummer en Granada, frente a la Alhambra
La leyenda cuenta que estando en Barcelona Strummer oyó una canción de 091 y se emocionó tanto que le entró la necesidad imperiosa de conocerlos, viajando rápidamente a Granada. La realidad, como siempre, es otra:
"Estábamos en el 'Silbar' y llegó un tío, malencarado y zarrapastroso, le dijo a Tacho que tenía unas letras y Tacho se quitó de enmedio pasándomelo a mí, tenía una libretilla de esas de cuadros, sucia y hecha polvo. Empezamos a hablar y el caso es que, a pesar de la pinta de jipioso que tenía, había algo en su cara familiar. Yo me acordé de las historias que circulaban por Granada, de que si 'Los Clash' habían estado por aquí (cierto, cuando la primera espantada de Strummer) y se lo comenté a Tacho: 'ostras este tío se parece a Joe Strummer'. No le dijimos nada, pero al del bar le pedimos que pusiera algo de 'Los Clash', y allí estábamos los dos mirándolo a ver que hacía... Y sí, era él", recuerda José Ignacio "¡Una experiencia casi mística!"
El caso es que el inglés no soltaba prenda, recluido en una pequeña pensión se dedicaba a escribir en la famosa libreta, a beber ginebra en el Silbar y a perseguir a las chicas. Una noche fue recogido de madrugada en un estado lamentable, y completamente perdido, por un periodista del Diario de Granada y depositado, salvo, que no sano, en su fonda. Al día siguiente concedía a su salvador la única entrevista que daría desde la disolución de Los Clash hasta entonces. En aquella comida-entrevista a los pies de la Alhambra afirmó que le gustaba lo que hacían 091 y habló de sus nuevos proyectos, entre los que estaban el último álbum de la banda. Días después desapareció como había llegado, sin decir nada. Meses más tarde,
cuando los Cero estaban preparando las maquetas en un estudio de la calle recogidas para su inminente grabación, reapareció dispuesto a echar una mano a los granadinos, incluso escribió un par de letras para el grupo en el espaninglis mental que le caracterizaba, adaptadas por Gabi (Gabriel Contreras), un amigo de todos.





Se cree, se piensa mas allá del extremo del sur
Aunque podría ser al Este, dice el mangante
Esto es como si siempre soñara en el negro expreso que pasa
Trabajando en Recogidas with the sexis señoritas
El graffiti-boy graba una inscripción en las paredes de la catedral
El taxista espera the woman del amigo del general
La gente espera al hombre de chocolate
al hombre del chocolate
El limpiabotas hace disparates con maniquíes en los escaparates
La gente espera al hombre de chocolat
Esto es como si siempre soñara en el expreso negro que pasa
Trabajando en Recogidas With the sexis señoritas
With the sexis señoritas
Para leer más anécdotas de Joe Strummer en España recomiendo leer las anecdotas que Jesús Arias, uno de sus amigos, recopiló en un foro.
Muchas hojas, y basatnte largo, pero realmente vale la pena por lo bien que está escrito y por lo emocionante que es: