16 octubre 2008

THE CLASH: MAKINARIA KONKRETA

por Kris Needs, revista ZigZag (Inglaterra), abril 1977.

EN ESTE MOMENTO no hay un grupo de la Nueva Ola que se acerque ni un poco a The Clash, en vivo o en sus discos. En un año se volvieron la banda en vivo más fascinante del país, y pronto van a editar un álbum que es el debut más atrapante en años. Creo que será tan importante como el primer álbum de los Rolling Stones en darle una nueva dirección al rock'n'roll.

Los grupos de la Nueva Ola que hasta ahora han hecho álbums -The Hot Rods y The Damned- anduvieron bien haciendo música fiestera, pero los Clash son algo mucho más importante y vital. No sólo que su música es original y letalmente enérgica, sino que además es la brújula de una actitud totalmente nueva de creatividad positiva que, si se le pega al público, solamente puede ser algo bueno. Están tratando de despertar a la gente a la realidad, además de profundizarse en la fina esencia del último rock'n'roll.

La primera vez que vi a The Clash fue en su primera fecha fuera de Londres, en el Leighton Buzzard's Tiddenfoot Leisure Centre, más o menos a una hora de Londres. El lugar era como un salón grande de hotel, lo que hacía que el público se parara en los asientos.

Cuando los Clash subieron al escenario fue como una inyección de electricidad en el aire humeante. Atacaron con "White riot" con una energía destructiva, moviéndose y saltando como robots mecánicos fuera de control. En media hora nunca aflojaron. A pesar de los problemas de sonido, estuvieron increíbles, casi sobrepasándose en su ataque y convicción.

Los Clash son: Mick Jones (primera guitarra, voz); Joe Strummer (voz, guitarra); Paul Simonon (bajo, voz). No tienen un baterista permanente, aunque Terry Chimes ha hecho la mayoría de las fechas con ellos y toca en el álbum.

Su manager es Bernard Rhodes y ensayan y se juntan en un galpón enorme que él encontró en Candem Town, entre Dingwalls y The Roundhouse. Lo convirtieron en una sala de ensayo bajando las escaleras, con cortinas rosas y sillas viejas de peluquería, para agregarle comodidades hogareñas. Y subiendo las escaleras es donde el grupo crea sus atuendos, modernizando ropa de oferta con parches hechos con pintura acrílica y eslógans. Barato e impactante.

Mick: "Alentamos a los chicos a que se pinten la ropa. De esa forma participan, se sienten parte. Ahora vienen y nos muestran ideas que nos gustan".

Volvemos a la música. Ellos escriben sus propias canciones; ningún tema de los Clash dura más de tres minutos, y no muchos pasan de los dos. Cada uno es rápido, afilado y vigoroso, con estribillos insanamente pegadizos. Las canciones son viciosamente actuales y directamente inspiradas por el entorno londinense del grupo.

"White riot", por ejemplo, fue escrito después de que Joe y Mick quedaron atrapados en los disturbios de Notting Hill el año pasado. [*ver nota al final]

"Janie Jones" se refiere a un tipo con un trabajo aburrido, que se escapa al enamorarse de Janie Jones (la cabaretera que fue presa). "London's burning" (Londres se quema... con aburrimiento) es según Joe Strummer "una celebración de los modales occidentales bajo la luz amarilla". "1977" es una mirada fría al futuro/presente: "No hay Elvis, Beatles ni Rolling Stones en 1977", y "No tengo la suerte de ser rico; fusiles en Knighstbridge". Hay montones de canciones vitales y llenas de energía.

Los Clash son una banda muy londinense. No podrían vivir en otro lado, porque su música lo sufriría.

"Nos encanta este lugar: bloques de departamentos y cemento", dice Joe. "Odio el campo. En el momento que veo vacas, me enfermo", dice Mick, que dice nunca haber vivido a la altura del suelo.

The Clash se formó este mes, hace un año. Originalmente, Mick, que viene de Brixton al igual que Paul, era integrante de London SS, discutiblemente la primera banda de la Nueva Ola. La formación incluía a Brian James (ahora con The Damned) y Tony James (bajista de Generation X). Estaban ensayando en 1975, Paul vino a un ensayo un día y lo conoció a Mick, que hizo que cantara. "Nunca había cantado o tocado el bajo en mi vida".

Los SS "no funcionaron" y se separaron antes de presentarse en vivo. Mick se juntó con Paul y formó The Heartdrops, que después se convirtió en The Clash. Paul aprendió a tocar el bajo pegándole puntos blancos al puente del instrumento que había adquirido.

También había otro guitarrista: Keith Levine, que misteriosamente se fue en otoño pasado y está armando su propia banda.

Necesitaban un cantante, y un día que Mick y Paul estaban caminando por una calle de Shepherds Bush, se tropezaron con Joe, que todavía estaba en los 101ers. Mick le dijo que era bárbaro pero que su banda daba asco, y le pidió que se uniera a The Clash. Joe estaba aburrido de cantar clásicos de pub rock, y a pesar de que los 101ers estaban creciendo rápido, se separó y se unió a The Clash (el 1 de abril, para ser preciso).

Cuando salió el single de los 101ers "Keys to your heart", Joe estaba firmemente metido con los Clash. Adiós al rhythm & blues, hola 1976. Cuando estuvieron listos, los Clash se destaparon en una sala de ensayo llena de prensa y amigos. La fecha era viernes 13. La reacción fue inmediata y consiguieron críticas muy favorables.

Lo que siguió fue una serie selecta de fechas en Londres, en lugares como el 100 Club (donde se hizo el festival de p*nk rock el verano pasado **), el recital nocturno de los Sex Pistols en el Screen on the Green, y dos en el Instituto de Artes Contemporáneas -ICA- (el último fue cuando Patti Smith saltó al escenario durante el tema "I'm so bored with the USA").

Los Clash siempre se tomaron en serio las fechas; nunca están contentos con simplemente hacer ruido por el circuito noche tras noche. Tocaron en The Roxy una sola vez (en enero) y a menudo organizan sus propios recitales. De esa forma está todo bien y se vuelve un verdadero suceso. Tal vez pierdan dinero, pero lo hacen a cambio de unas fechas geniales. Los recitales del ICA fueron en la Universidad Real de Artes, donde los estudiantes hippies tiraban vasos al escenario, y el último, el 11 de marzo en Harlesden Colosseum.

The Clash también fue parte de la fatídica gira "Anarchy" de los Sex Pistols en diciembre pasado, junto a The Damned y The Heartbreakers. Como sabrán, la mayoría de las fechas fueron canceladas por dueños huraños y moralistas, cuando los Pistols le dijeron cosas sucias al provocador [conductor de TV] Bill Grundy.

Mick: "Eso fue un bajón moral. Pensábamos que éramos las mejores bandas de rock'n'roll conquistando el mundo. Estaban todos muy entusiasmados... pero el día antes de empezar, pasó lo de Grundy y se empezaron a cancelar las fechas".

Paul: "Fue muy feo que se cancelara. La gira era por una causa, de alguna manera... éramos chicos que nada más queríamos tocar. Estuvimos encerrados en las habitaciones de los hoteles un par de días, queriendo tocar, y después nos decían que las fechas se habían cancelado, y esperábamos tres días más en la habitación. De todas formas era divertido leer sobre esto en los diarios".

Mick de nuevo: "Los Pistols lo sufrieron bastante. Fue muy trágico, pero aprendimos un montón de eso. Sabías que tenía que llegar el momento".

La oposición mezquina y burocrática que se encontraron los Clash en esa gira, solidificó una de las cosas que ellos enfrentan: la opresión.

"Hoy hay mucha opresión", dice Mick. "Estamos poniendo a la gente al tanto de eso y oponiéndonos".

Uno de los mejores recitales en los que he estado recientemente fue en el que organizaron los Clash por su cuenta en el Harlesden Colosseum. Fue una lección de organización: ¡solamente 10 minutos de espera entre cada banda!

Fue una fecha importante para cada uno de los grupos participantes. The Slits, la primera banda p*nk totalmente femenina, estaba debutando. The Subway Sect no tocaba desde noviembre; los Buzzcocks hacían su primera aparición con la formación nueva tras la partida del cantante Howard Devoto; y los Clash tocaban por primera vez en tres meses desde su firma con CBS.

El Hardlesden Colosseum es un cine porno paquistaní que a menudo lleva muchísima gente hasta las 3 de la mañana. Los Clash lo descubrieron cuando estaban ensayando para el Anarchy Tour en el teatro Roxy de la misma calle. Les gustó la imagen del lugar y les pareció que podía ser un lugar bárbaro para recitales de rock. Bernard decidió ir y ver cómo funcionaba.

Por dentro el Colosseum es la definición clásica de un salón pulgoso: toda la pintura pelada y los asientos manchados. Los dueños parecían más bien desconcertados por la repentina invasión de p*nks.

Cuando llegué al Colosseum más o menos a las 2.30, estaban todas las bandas menos los Clash, aunque Mick había llegado antes por estar muy entusiasmado con la fecha. Mientras los plomos armaban el escenario y las bandas entraban sus equipos, Mick y yo nos dirigimos a la platea alta y veíamos hacia abajo la ajetreada actividad.

"Qué bárbaro, no?", dice Mick entusiasmado. "Nuestra propia fecha... estoy muy ansioso. Esto es más que una fecha, ¡es un evento importante!"

Mick también habla rebosante del álbum que se viene. Les llevó solamente dos semanas hacerlo y CBS, que firmó con los Clash por una suma de seis cifras, les dio control total. Apenas la banda dejó su marca en el contrato del CBS, sabían que los iban a acusar de venderse. "Me señalan en todos lados", dice Mick.

Pero el trato no los convirtió en super-estrellas con grandes gastos. Tienen algunos equipos nuevos, Joe consiguió dónde vivir, Mick se compró un estéreo. Pero son el mismo grupo, excepto que con más medios de expresión para su música. CBS es una de las compañías discográficas más grandes del mundo, por lo tanto más gente va a conocer y escuchar el álbum de los Clash que si hubieran firmado con un sello chico, o si hubieran hecho una edición independiente.

Mick: "Creo que es importante que no cambiemos. Lo que pasa en este momento es que por fin tenemos la oportunidad de sacar discos. Lo que importa son los discos, por eso teníamos que hacer uno. Hay que grabar discos. Podés hacer tu propio sello, y no muchos lo van a escuchar. De esta forma más gente va a escuchar nuestro disco. No me importa si no les gusta o no lo compran, mientras lo escuchen. Tenemos control total. Son todas ideas nuestras. Sabíamos lo que queríamos hacer, así que entramos al estudio y aprendimos mientras grabábamos".

The Clash grabó algunas partes en los estudios Polydor, y en una época se produjo una batalla para que firmaran con ese sello o la CBS. Guy Stevens, el lunático infame que produjo los primeros discos de Mott [the Hoople], hizo esas sesiones.

"Fue una grabación bárbara con Guy Stevens... fue fantástico cuando la hicimos. La verdad que él nos entusiasmaba, pero cuando fue la hora de la mezcla, estaba un poco desordenada". Así que la sesión siguiente puso al sonidista de los Clash, Micky Foote, en la silla de productor. Grabaron "White riot" y "1977". En comparación con el álbum, "White riot" tiene un sonido muy crudo y caótico y voces un poco borrosas, pero de todas formas es un verdadero sofocón.

Mick: "No está tan al frente como en la producción del álbum, pero de todas formas es una gran canción de rock'n'roll".

¿Y el álbum? "Bueno, estamos muy entusiasmados. O sea... ¡es un Disco! ¡Está destinado a ser un clásico!"

Paul agregó más tarde: "Suena muy bien... mucho mejor que el single. Creo que definitivamente capturamos el sonido del vivo". Mick está de acuerdo, pero dice que el álbum también logró ser un verdadero producto de estudio, más que una simple reproducción de la presentación en vivo. "Usamos el estudio para hacer que suene bien".

Tiene 14 temas, incluyendo los favoritos de los vivos, como "48 thrills"***, "London's burning", "I'm so bored with the USA", "Protex blue", "Hate and war" y otra versión "más salvaje" de "White riot". También hay una gran sorpresa: una versión rockera de seis minutos del exítosísimo hit reggae del año pasado, "Police & thieves" de Junior Murvin, que va a sorprender a algunos.

Acá no puedo andar con rodeos. Lo escuché una sola vez, pero sé que es el álbum más fascinante que escuché en años. No puedo pensar por más de un minuto sin sentir que voy a explotar (¡y ni hablar de escribir sobre eso!) Podés escuchar las letras, tiene el sonido de guitarra y batería más duro de la historia, distintos trucos de estudio fortalecen la producción y hace que algunas canciones sean incluso más efectivas... pero lo más importante es que capturó la esencia de The Clash. Su intensa convicción está acá con toda su gloria. ¡Es magnífico por donde se lo mire! Si no vende bien, yo soy Hughie Green. Aunque no lo comprés, aunque sea ESCUCHALO. Es uno de los discos más importantes de la historia.

Le pregunté a Mick sobre la atrevida inclusión de "Police and thieves". Me respondió: "Es una progresión lógica. Obviamente hay muchas conexiones entre nosotros y lo que pasa con los rastas. Simplemente pareció bien hacerlo. Tenemos mucho material nuestro, pero quisimos hacer una canción de otro. ¿Qué íbamos a hacer? ¿Un refrito de los '60? Hagamos algo del '76, no? Tratemos de encender a la gente. Es un tema de rock en 4/4, pero es experimental. Incorporamos técnicas de dub-reggae. Probablemente nos puteen, pero no nos importa. No entienden que lo que tratamos de hacer es redefinir la escena y dejarle en claro a la gente hacia dónde ir. Hay que tomar riesgos todo el tiempo. Por eso lo hicimos: como un riesgo".

Y funciona. Esperá a escucharlo... ¡te va a dejar pasmado!

Mick dice que su tema favorito es una canción nueva que se llama "Garageland", el último tema. "Hacia dónde vamos después. El estribillo dice "Somos una banda de garage y venimos de la tierra del garage". Eso es lo que somos. También hace un comentario de la situación actual, en que todos los grupos son contratados".

¿Cómo va a seguir The Clash? "Bueno, siempre va a ser rock'n'roll, pero tenemos la esperanza de mejorar el aura del sonido".

A los Clash también les gustaría hacer algo como una emisora de radio alternativa. Hay planes, pero necesitan dinero.

Volviendo al punto de vista de Mick sobre las bandas que son contratadas: "Es una bola de nieve. Formás un grupo y a la semana siguiente tenés un contrato de grabación. Está bárbaro si hacen unos discos geniales, pero hasta ahora no han hecho grandes discos. No han surgido grupos muy buenos recientemente... nada más grupos comunes. No me llevan al punto en que rockean. La calidad general de la música es un poco tosca. Son como películas para televisión. Pero prefiero escuchar eso que una lista de compras. La verdad que está creciendo".

Mick está muy contento de ver gente que hace el esfuerzo de armar bandas. Paul también: "Lo genial de este ambiente es cómo los chicos crean bandas. Lo que pasa es que tienen que hacer algo original, y eso es muy difícil. Si tratás de ser como otra banda, eso te puede tirar mucho para atrás".

[...]

Apagamos la cinta para fijarnos en lo que pasa abajo. Mick sube al escenario y enchufa su nueva guitarra acrílica. Paul, que presenta un peinado nuevo teñido de amarillo, charla conmigo en el baño de mujeres... el único lugar tranquilo, salvo cuando entraban las mujeres.

Pronto se hizo la hora de la prueba de sonido de The Clash. Ajustaron los problemas de sonido con "London's burning" (dos veces), "Garageland" (que en la primera prueba sonó estupendo), y... ¡reconozco esos acordes!... "Roadrunner" de Jonathar Richman, con el estribillo cambiado a "Radio One!" Suena fantástica Clashificada. Mick dice que tal vez la hagan como bis, pero no sucede. "No la pudimos armar". Paul dice que de todas formas odia la canción.

Cuando los Clash se retiran al camarín -¡el lugar desde donde se proyectan las películas!-, la gente empieza a entrar. Considerando que el lugar está en el medio de Harlesden y que está lloviendo, hay una buena convocatoria. La atmósfera crece toda la noche... y es eléctrica para la hora de los Clash.

Al principio estuvo The Slits, que estuvo bárbaro, superando los problemas de sonido con energía pura. La cantante de 14 años, Arianna, que estaba cubierta seductoramente con una minifalda de cuero negra y medias de red, pateaba y gritaba como una nenita con un berrinche en una fiesta. Creía que no la escuchábamos, pero sí! [...] Las Slits hicieron una carrera de 30 minutos con sus caciones, empujadas por la fuerza increíble de una baterista llamada Palmolive, que arrasaba todo el tiempo el bombo. Estoy ansioso por volver a ver a The Slits.

Los siguientes fueron los Subway Sect, cuyo manager ahora es Bernard, de los Clash. Han cambiado de ser la banda de divagues de dos acordes que vi en noviembre. Han ensayado mucho en el estudio de los Clash y tienen un repertorio completo de canciones nuevas, que son complicadas y un poco raras. El cantante Vic terminó el set tropezándose hacia atrás y cayéndose... y en todo el set ni se movió.

A los Buzzcocks rearmados les fue bien. Pete Shelley, el tipo con media guitarra, ahora es el front-man. Se vistió de negro, mientras que el resto del grupo usó camisas Mondrian pintadas a mano. Con Pete desatado (tocó algunos solos raros de guitarra), los 'Cocks tienen mucho potencial.

Era la noche de los Clash, de todas formas, y fueron enceguecedores... a pesar de algunos obstaculos como cuando el sonidista hippy desconectó un cable accidentalmente.

Era bárbaro verlos atrás del escenario engalanados con nuevos atuendos y botas. El público frente al escenario se volvió loco, haciendo pogo por el aire, gritando las letras, sacudiéndose hasta la muerte y cayéndose en la montonera. Pero no podían ver lo que estaba pasando, que era un show por sí mismo.

Hubo algunas declaraciones geniales de Joe. Alguien gritó algo del contrato con CBS. "Sí, estuve en el sur de Francia comprando heroína", dijo. En otro momento: "Soy el hijo de Bruce Lee", afirmó, antes de dirigir la banda a otra explosión devastadora de dos minutos. Fue un set bárbaro.

Al otro día vi una grabación en video del recital. Un tipo llamado Julian está haciendo una película en video de los Clash. Es un estudiante en la Escuela de Cine de Londres y, usando sus equipos, ha estado filmando recitales y entrevistas desde el Anarchy Tour. No es seguro que la película se vaya a proyectar, pero espero que lleguemos a verlo de alguna manera, porque es explosivo.


Viendo la grabación del recital del viernes comprobó lo impresionante que son los Clash en el escenario. En el entusiasmo te perdés cosas como cuando la faja de Mick se rompe y tiene que sostenerla como una ametralladora para terminar el tema; Joe temblando por el escenario como una piraña electrocutada; o Paul tocando un acorde gigante en el bajo con una violencia que casi se le sale el brazo.

Esos son los Clash exigiéndose hasta el límite. Lo mínimo que se puede hacer es escucharlos. ¡Nunca vas a volver a ser el mismo!

© Kris Needs, 1977

(*) Un disturbio racial se produjo en el área de Notting Hill en 1976, cuando terminaba el Carnaval y la policía detuvo a un ladrón de billeteras. Un grupo de jóvenes negros fueron a defenderlo y se produjo un disturbio que creció y terminó con más de 100 policías heridos. En realidad los que quedaron atrapados fueron Joe Strummer y Paul Simonon.

(**) El artículo es de la época en que "punk" era un insulto.

(***) 48 hours.

TRADUCCIÓN: LEPO

http://fotolog.com/soy_esto

http://fotolog.com/punkacero

http://youtube.com/punkacero

21 junio 2008