10 julio 2007

The Clash: Manifiesto del punk




Robert Hilburn, Los Angeles Times, 17 de septiembre 1978
TRADUC.: LEPO.




A las bandas de rock les gusta hablar de su independencia y su integridad, pero la mayoría están tan preocupadas por vender como los realizadores de las sit-coms.
Cuando el movimiento punk se ganó los titulares el año pasado en Inglaterra, decenas de jóvenes dejaron de tratar de imitar a los viejos Yes y Jethro Tull, para subirse al nuevo vagón.
La corrida hacia el punk, sin embargo, se vio descarrilada en enero cuando el público estadounidense rechazó a los británicos Sex Pistols, la agrupación punk más colorida y publicitada.

Las compañías discográficas siguieron editando algunos LPs punk, pero con pocas ganas. La promoción escaseaba y la difusión radial aún más. Los sellos se dieron cuenta que el público conservador de EE.UU. no querían saber nada con la ética de los alfileres de gancho.
Las bandas también corrieron a refugiarse. Muchos grupos hardcore punk agresivos se volvieron power pop y new wave, y ablandaron su postura. Ahora el punk funciona comercialmente. Nadie quiere verse asociado al punk. Excepto The Clash.

"Somos una banda de punk rock", afirma Mick Jones de The Clash. "Somos fieles al espíritu inglés del '76. Cuando otras bandas vieron lo que pasaba, creyeron que el punk era 'lo que se venía'. Así que quisieron meterse.

"La mayoría eran una basura. Nada más querían sacar ganancias de algo que habían empezado unos pocos. Pero cuando los Pistols vinieron acá y medio que naufragaron, se detuvo el fanatismo por el punk. Las bandas se escapan hacia otros lados. Que les vaya bien. Nosotros vamos a seguir. Dentro de un año, esas bandas van a volver arrastrándose".

Mick Jones tiene un aura que lo hace ideal para una película sobre punk rock. Sentado en el piso de un hotel de segunda categoría en West Hollywood, parece no haber dormido por varios días. Está con su guitarra y no sabe si tener o no pelos en la lengua para la entrevista.

Cuando se le pregunta si está contento con el nuevo álbum que la banda ha estado grabando en San Francisco, dice: "Sí, estamos más felices que la m..."

Jones dice que en Inglaterra se le ha dado demasiado énfasis al asunto de que los Clash son una banda "política".

"A mí me interesa la política", dice. "Podría decir muchas frases armadas sobre las condiciones políticas de Inglaterra, pero nosotros escribimos sobre muchas cosas. No nos cerramos en uno o dos temas. Yo escribo sobre cualquier cosa que me interese.

"Lo que me más me interesa es la energía del rock n' roll, lo que puede generar en la gente. Vi a Mott the Hoople hace varios años y nunca me voy a olvidar el frenetismo que había en ese lugar. La gente se volvía loca. Ahí supe que quería ser rockero.

"Me demostró el impacto que puede tener la música en la gente. Me quedé pensando en eso varias semanas después. Era un momento duro de mi vida. La música era una de las pocas cosas que tenía para aferrarme. Cuando ya tuve la edad suficiente para estar en una banda, ya la emoción se había ido. La gente escuchaba bandas que escucha mi abuela. Después surgieron un montón de bandas que trataron de revivir esa vieja energía. De eso se trataba el espíritu del '76 en Inglaterra.

Los EE.UU. van a tener un primer acercamiento a los Clash este otoño [boreal]. El nuevo álbum ['Give'em Enough Rope'] de la banda tiene fecha de lanzamiento en noviembre, y hay una breve gira planeada. La CBS además está considerando por fin lanzar el primer LP de The Clash.

Con la reacción conservadora que tuvo este país hacia los Pistols, el futuro comercial de The Clash está en duda. Puede que surjan los mismos planteos que se le hicieron a los Pistols: que hablan de cosas muy inglesas, que la música es muy primitiva, que la postura es muy agresiva.

Jones, que estuvo probando los gustos rockeros de EE.UU. durante las grabaciones del nuevo álbum, no subestima el desafío que se viene.

"El público inglés me parecía apático cuando empezamos, pero nunca vi un lugar tan insalubre para el rock como EE.UU. Tal vez ya sea muy tarde. Puede que ya nunca los podamos despertar.

"Más que el público de rock, acá lo peor son las bandas de rock. Si pudiéramos destruirlas a todas de un saque, sería perfecto. Para mí las bandas estadounidenses (y las inglesas que imitan a las estadounidenses) son un cáncer. Es hora de que vengamos con un manifiesto para el cambio. Lo único que podemos hacer es intentarlo. Si la gente no entiende lo que somos -la GRAN banda de rock n' roll de los '70-, es problema de ellos".



30 junio 2007

La eternidad de un punk


Joe Strummer murió en el año 2002. Su legado no será sólo musical: ahora, el director Julien Temple (a cargo de tres filmes sobre los Sex Pistols) se encargará de contar quién fue.


Julien Temple y Joe Strummer se conocieron en los principios de The Clash, cuando el primero filmó a la banda por unos meses antes de que esta tenga un contrato fijo. Pero su relación pronto se enfrió cuando Temple comenzó a formar parte del círculo de Sex Pistols, grupo del que hizo tres películas.

En 1997 la amistad renació, con la mudanza de Strummer a Somerset y las cosas comenzaron a mejorar. Pero la muerte de Joe en diciembre de 2002 dejó a todos atónitos y sus amigos más íntimos –entre los que se encontraba Temple- se vieron a sí mismos en un período de inactividad, imposibilitados de buscar la mejor manera de homenajear a su amigo. Con el tiempo las ideas comenzar a surgir, y empezaron por hacer un círculo de piedra en el patio de su ex casa. La idea parecía no ser suficiente, y así Temple pensó que sería bueno para que todos puedan salir adelante, hacer una película. Una especie de duelo para ellos y para que Joe pueda ser recordado por ese medio.

El resultado de esta apuesta es El futuro no está escrito (The Future Is Unwritten), un documental de dos horas que sigue a Strummer en la escuela pública, en sus años punk, durante la década perdida (luego de la separación de The Clash) y sus últimos años –aparentemente felices- cuando estaba al frente de Mescaleros e intentaba reunir a los integrantes de The Clash.

Temple es conocido por hacer documentales exitosos acerca de temas complejos. Así fue que para encarar este desafío se le ocurrió entrevistar amigos y fans de Joe Strummer alrededor de fogatas. La idea surgió porque el cantante de The Clash estaba obsesionado en sus últimos años con las fogatas, y creía que ese era el único ámbito donde dos personas podían realmente llegar a conocerse. Y la idea funcionó, tanto que Temple logró reunir las opiniones de Martin Scorsese, Bono, Steve Buscemi, John Cusack, Johnny Depp y Matt Dillon entre otros. La única ausencia es la de Paul Simonon, bajista de The Clash.




Fuente: http://www.ciudad.com.ar/

30 mayo 2007

Nicky "Topper" Headon



Feliz Cumpleaños

Headon fue reclutado para The Clash luego de que el baterista original, Terry Chimes, abandonara la banda tras la emisión del álbum debut The Clash UK. Según sus propias palabras, en un principio pretendía permanecer en el grupo hasta ganar suficiente renombre como para integrar una banda de mayor importancia y que se adecuara más a sus gustos musicales como el jazz y el soul, sin embargo, decidió quedarse finalmente al ver el potencial musical de The Clash. El cantante y guitarrista Joe Strummer, dijo en el documental Westway to the World que la destreza de Topper y su capacidad para tocar muchos estilos musicales más allá del rock fueron una parte clave para el éxito de la banda. Sumado a esto, el productor Sandy Pearlman lo definió como la caja de ritmos humana por su perfección tempística. Headon compuso e interpretó casi por su exclusiva cuenta el hit "Rock the Casbah" del álbum Combat Rock tocando la batería, el piano y el bajo en la grabación. Además, compuso y cantó el tema "Ivan Meets G.I. Joe" de Sandinista!.
En 1982, los otros miembros del grupo decidieron expulasar a Headon ya que su adicción a la heroína estaba afectando tanto su salud como su capacidad para tocar la batería. Su reemplazante en principio fue nuevamente Terry Chimes y, luego, Pete Howard.
Luego de The Clash, Topper estuvo cerca de unirse a la banda Big Audio Dynamite de su ex compañero en Clash Mick Jones pero, dada su aún severa adicción, se mantuvo al margen. En 1986, Headon grabó el álbum solista Waking Up que tuvo poca difusión comercial. Ese mismo año, debió cumplir una condena por proveer drogas y, tras salir de prisión, entró en una clínica de rehabilitación para curarse finalmente de su adicción.
Desde la separación de The Clash, el baterista se ha mantenido al margen de la escena pública apareciendo únicamente en el documental Westway to the World donde fue entrevistado junto al resto de los miembros del grupo. En el mismo, se disculpó por los efectos que causó su adicción pero admitió que no se arrepentía de nada y que si no lo hubieran expulsado probablemente la banda no se habría separado tan pronto.

30 abril 2007

"Redemption Songs. La biografía definitiva de Joe Strummer" - de Chris Salewicz


¿Qué es lo que hace novedoso a este libro?


Chris Salewicz: Me sorprendí cuando me enteré que Joe fue miembro de la Misión de la Luz Divina del Guru Maharaji. También me adentré en los detalles sobre su familia, su infancia, y su vida en el colegio. Por ejemplo, cuando su padre (era diplomático) fue enviado junto a su familia a Egipto, se mudaron a una casa ocupada por el espía Donald Malean; y el padre de Joe compartió el almuerzo (que consistía en una botella de vodka) con otro “super espía”, Kim Philby.
Mucha gente encontró más interesante el material que no trataba sobre la época Clash, que ocupa menos de la tercera parte del libro.
Los años “vacíos” de Joe, como él mismo los describió, dicen tanto de él como cuando estaba en la cima de los charts.
También traté de hacer el libro lo más divertido posible, por que así era Joe para mi, al igual que The Clash. Por ejemplo cuando Joe estaba filmando “Mystery Train” con Jim Jarmusch se encontraron en un hotel de Memphis con los miembros de INXS. Michael Hutchence estaba rodeado de adolescentes en minifalda. “Debe ser extraño ser un símbolo sexual” le dijo Joe a Hutchence. “Vos deberías saber cómo se siente- le respondió Hutchence- vos estabas en The Clash” “Sí, pero yo nunca fui un símbolo sexual- dijo Joe mientras sonreía- Sólo fui el portavoz de una generación

23 abril 2007

Spanish Bombs in Granada: Joe Strummer dando vueltas por Andalucía

Jesús Arias:

Esencialmente, Joe Strummer era un tío generoso. Casi nunca llevaba dinero encima pero, en cuanto lo tenía, podía gastarlo en lo que fuera, hacerte un favor o, si se encontraba con un colgado por la calle que le caía bien, darle toda la pasta que llevaba en los bolsillos o ir al banco a sacar dinero para dárselo.

Recuerdo una anécdota curiosa. Cuando él llegó a Granada por primera vez, traía una magnífica gorra de cuero con la inscripción 'Out of control'. Yo estaba colgadísimo por aquella gorra (yo solía utilizar gorra en nuestros conciertos), pero me daba corte hacerle algún comentario a Joe al respecto. Unos meses después, mientras grababa con 091, volvió de Madrid y, mientras charlábamos, casualmente, le pregunté por la gorra. "¿La vieja gorra de 'Out of control'?", me preguntó. "Sí, ésa", dije yo. "Se la regalé a un tío en el metro de Madrid. Me dijo: Hola, tío, me gusta esa gorra que llevas. Y se la regalé". Sobran los comentarios de cuántas veces le dije: "You, fucking bastard, you, fucking bastard" a Joe el resto del día. Pero, esencialmente, era así. Yo tuve durante meses un pedal de eco Boss suyo que se acababa de comprar en una tienda y que le pedí que me lo dejara para echarle un vistazo. "¿Quieres probarlo?", me dijo mientras me lo ensayaba. "Si me lo dejas...". "Llévatelo, ya me lo das cualquier día". Seis meses después, le tuve que recordar que yo seguía teniendo su pedal de eco. "¿Es bueno?", me preguntó. "Sí, muy bueno. He grabado muchas cosas con él". "Si quieres, quédatelo".

Fui honrado y se lo devolví. Pero, si no lo hubiera hecho, él jamás lo habría pedido. De ésas tengo a miles. Literalmente: a miles.





Joe Strummer en Granada, frente a la Alhambra
La leyenda cuenta que estando en Barcelona Strummer oyó una canción de 091 y se emocionó tanto que le entró la necesidad imperiosa de conocerlos, viajando rápidamente a Granada. La realidad, como siempre, es otra:
"Estábamos en el 'Silbar' y llegó un tío, malencarado y zarrapastroso, le dijo a Tacho que tenía unas letras y Tacho se quitó de enmedio pasándomelo a mí, tenía una libretilla de esas de cuadros, sucia y hecha polvo. Empezamos a hablar y el caso es que, a pesar de la pinta de jipioso que tenía, había algo en su cara familiar. Yo me acordé de las historias que circulaban por Granada, de que si 'Los Clash' habían estado por aquí (cierto, cuando la primera espantada de Strummer) y se lo comenté a Tacho: 'ostras este tío se parece a Joe Strummer'. No le dijimos nada, pero al del bar le pedimos que pusiera algo de 'Los Clash', y allí estábamos los dos mirándolo a ver que hacía... Y sí, era él", recuerda José Ignacio "¡Una experiencia casi mística!"
El caso es que el inglés no soltaba prenda, recluido en una pequeña pensión se dedicaba a escribir en la famosa libreta, a beber ginebra en el Silbar y a perseguir a las chicas. Una noche fue recogido de madrugada en un estado lamentable, y completamente perdido, por un periodista del Diario de Granada y depositado, salvo, que no sano, en su fonda. Al día siguiente concedía a su salvador la única entrevista que daría desde la disolución de Los Clash hasta entonces. En aquella comida-entrevista a los pies de la Alhambra afirmó que le gustaba lo que hacían 091 y habló de sus nuevos proyectos, entre los que estaban el último álbum de la banda. Días después desapareció como había llegado, sin decir nada. Meses más tarde,
cuando los Cero estaban preparando las maquetas en un estudio de la calle recogidas para su inminente grabación, reapareció dispuesto a echar una mano a los granadinos, incluso escribió un par de letras para el grupo en el espaninglis mental que le caracterizaba, adaptadas por Gabi (Gabriel Contreras), un amigo de todos.





Se cree, se piensa mas allá del extremo del sur
Aunque podría ser al Este, dice el mangante
Esto es como si siempre soñara en el negro expreso que pasa
Trabajando en Recogidas with the sexis señoritas
El graffiti-boy graba una inscripción en las paredes de la catedral
El taxista espera the woman del amigo del general
La gente espera al hombre de chocolate
al hombre del chocolate
El limpiabotas hace disparates con maniquíes en los escaparates
La gente espera al hombre de chocolat
Esto es como si siempre soñara en el expreso negro que pasa
Trabajando en Recogidas With the sexis señoritas
With the sexis señoritas
Para leer más anécdotas de Joe Strummer en España recomiendo leer las anecdotas que Jesús Arias, uno de sus amigos, recopiló en un foro.
Muchas hojas, y basatnte largo, pero realmente vale la pena por lo bien que está escrito y por lo emocionante que es:

09 abril 2007

Entrevista a The Doghouse

[octubre/05]
Tom Lardner y Richard Dudanski son El Doghouse, dos musicazos guiris afincados en Granada que compartieron juergas con Joe Strummer...


Richard, ¿Cuándo y cómo os conocísteis tú y Joe [Strummer]?
[Richard] Conocí a Joe en el verano de 1974. Él vino a vivir a una casa de okupas que teníamos en Maida Hill, zona del oeste de Londres. La casa era nº 101 Walterton Road, dirección que luego dió nombre al grupo que formamos juntos The 101'ers. Tengo muchos recuerdos alegres relacionados con Joe porque los dos años que compartimos en The 101'ers fueron muy especiales. Quizá por su proximidad en términos de tiempo, me quedo con una noche del verano del año 2002, 4 meses antes de su muerte, pasamos una noche entera en una playa del Cabo de Gata, hablando y disfrutando de las memorias de esos viejos tiempos...



¿Qué tal salió el homenaje a Joe Strummer en Londres?
T.: Para mí salió de pu... [pi, pi...] Tuve la oportunidad de conocer el mundo y amigos de Joe, y el concierto fué la bomba. Lo han grabado en audio y video, pero no sé si saldrá algo. R.: Fué una noche inolvidable. Lo organicé en un "community centre" de nuestro antiguo barrio del oeste de Londres donde habíamos tocado hace casi 30 años. Participaron muchos viejos amigos, y se creó un ambiente festivo, incluso de una manera extraña, de celebración...



¿Qué le gustaba beber a Joe Strummer?
R.: Cerveza, y fumar. A mí lo mismo...

03 abril 2007

The Clash: 30 años de rock revolucionario

Se cumplen 30 años de la edición del primer disco de la banda, uno de los grupos fundamentales para entender la evolución de la música punk.
MARIO BRAVO - Diagonal 51 (Kaos. Cultura) [02.04.2007 12:01]



Por mucho que se empeñe el tango en que 20 años no son nada, 30 pueden ser toda una vida, al menos para el que esto firma. Y esa vida está profundamente marcada por The Clash. Qué sentido tendría celebrar su aniversario de no haber estado su música presente en cada uno de los años que completan la última treintena. Porque The Clash son música pero también letras, materia y forma, medio y mensaje. Uno de esos grupos imprescindibles a los que se vuelve, más allá de las modas y de las tendencias pasajeras. The Clash no inventaron el punk pero lo dotaron de un contenido político y social ausente hasta entonces y oxigenaron un estilo, hasta el momento rudo y monolítico, con sonidos cercanos al rockabilly o los aires jamaicanos. Podría argumentarse que algunos de sus coetáneos ya apuntaban maneras, como es el caso de los frescos sociales que pintaba Paul Weller o el escupitajo que arrojaron los Sex Pistols a la cara de la sociedad británica con su God Save the Queen. Pero mientras unos enarbolaban la bandera de la desesperanza y los otros la del nihilismo, The Clash dieron un paso adelante y pasaron al contraataque, no dudando en emplear su música para difundir el mensaje de que la revolución es posible. En esto radica su originalidad y su vigencia: sembraron la semilla que después recogerían grupos como Rancid, Green Day, Kortatu o Ilegales.



Los inicios: ’White Riot’
Provenientes de diversas bandas relacionadas con los movimientos de okupación británicos de los ‘70, Joe Strummer, Mick Jones y Paul Simonon reúnen su talento fundando The Clash y fogueándose como teloneros de, entre otros, los Sex Pistols. El potencial de aquellos jóvenes airados es tal que no tardan en fichar para una de las grandes, la discográfica CBS. En 1977 sale a la calle el primer sencillo de la banda, White Riot, un bofetón a la juventud a la que reprocha su escasa capacidad de movilización. Al poco se edita su primer LP, que cosecha un considerable éxito. Su estilo es crudo y directo, muy acorde a los cánones del punk que por entonces se facturaba en Inglaterra.
La repercusión que obtuvo el disco fuerza su lanzamiento en EE UU donde, en principio, la CBS había renunciado a promocionarlo; las distintas ediciones poseen algunas diferencias en su contenido. Tras su segundo LP, Give’Em Enough Rope, llega London Calling, obra fundamental para todo aquel que desee entender los derroteros de la música popular de las últimas décadas. Más allá de que haya sido calificado por los más diversos medios como disco de referencia de la banda, lo cierto es que London Calling es variado e inagotable. Tanto, que la ortodoxia punk entendió este trabajo como una suerte de traición, pero precisamente ése es el secreto de su éxito. En London Calling The Clash utiliza el punk como plataforma para adentrarse en los sonidos más variopintos con resultados asombrosos: flirtean con el reggae en Rudy Can’t Fail, tejen inolvidables melodías pop como Train in Vain, se atreven con una versión del Brand New Cadillac y nos regalan singles como Spanish Bombs o el propio London Calling. La edición del disco no estuvo exenta de polémica con la discográfica: la banda producía tal cantidad de material que no era posible darle salida en un solo LP, y además The Clash tampoco estaban dispuestos a encarecer el precio de su música. Finalmente se salieron con la suya: la negociación se cerró con el insólito lanzamiento de un disco doble al precio de sencillo. Tras la arriesgada apuesta que supuso London Calling y la posterior aceptación de su propuesta, The Clash se encuentran en excelente estado para acometer su siguiente salto sin red: un año después publican Sandinista! Un disco triple que volvió a salir al mercado a precio de sencillo, merced a que The Clash renunció a parte de sus beneficios en favor de la economía de su público. Respecto a la filiación política, el título es bastante elocuente; el contenido vuelve a ser una nueva incursión de la banda en sonidos ajenos, como el rap, el dub o el gospel. Suma y sigue.




Éxito mundial
La fama de sus dos últimos trabajos embarca a la banda en una sucesión de giras que incluyen lugares tan alejados de su Londres natal como Australia. El éxito pone a girar una maquinaria difícil de detener y que genera las primeras fricciones importantes dentro del grupo. Las drogas pasan factura y Topper Headon no tardará en abandonar la banda. En mitad de esta vorágine se las apañan para grabar Combat Rock, un disco irregular que, no obstante, incluye Should I Stay or Should I Go, un expeditivo rompepistas que, a la postre, revitalizó una famosa marca de pantalones. Éste, quizás, es el momento en que The Clash pierde el control sobre sí mismos. Superados por el reconocimiento internacional, resulta difícil mantener la perspectiva en medio de giras mastodónticas que no trataban sino de amortizar un producto. Son tiempos de confusión y comienzan las idas y venidas de los principales miembros de la banda, se cancelan actuaciones, la formación se vuelve inestable y todo apunta hacia el final de la aventura.
Cut the Crap es el canto de cisne de The Clash y fue grabado en condiciones que contradicen, de plano, lo que fue el espíritu de la banda. Las desavenencias eran tales que entraron en el estudio por separado para registrar su última colección de canciones. Joe Strummer decide alejarse para aclarar sus ideas y a su regreso disuelve la banda. Naturalmente, el fin de una banda como The Clash no es un final cerrado. Quedan excelentes discos, excelentes canciones, una actitud y un mensaje que perduran más allá de las circunstancias que forzaron su disolución. Quedan infinitas anécdotas que nos recuerdan que no tenemos la obligación de vendernos al mejor postor y queda una música capaz de recordarnos que hay otra manera de hacer las cosas.




JOE STRUMMER DESPUÉS DE THE CLASH
Probablemente, el éxito fue el principal asesino de The Clash. Cuando Strummer decide disolver la banda, hace gala de la coherencia que le acompañó toda su vida. The Clash se había convertido en algo ingobernable, un monstruo que ya no servía a un ideal sino a las dinámicas del mercado. Tras la tormenta, recuperó la calma: compuso para películas, se integró brevemente en The Pogues y fundó una banda a su medida, Los Mescaleros. Atragantado de fama, cuidó mucho de que la banda no se le escapara de las manos, renunciando a un éxito que le hubiera sido sencillo recuperar. Con Los Mescaleros prosiguió su investigación musical. Lamentablemente, nos dejó en 2002. Va por él.



http://www.kaosenlared.net/

30 marzo 2007

"Somos un país de piratas" - The Good, The Bad and The Queen

Txt. Steffen Rueth.
IFA y Clarín

Suplemento "Sí", Clarín

2/2/2007






La nueva aventura musical del cerebro de Blur y Gorillaz se llama The Good, The Bad & The Queen, un verdadero barco de corsarios del que también forma parte el ex bajista de The Clash, Paul Simonon.




"Lo que necesito es ser parte de otro grupo, instalación o idea", dice Damon Albarn, 38 años y uno de los responsables del Brit-Pop. Con Paul Simonon, su vecino y en su momento bajista de The Clash, Tony Allen (baterista por excelencia del mítico Fela Kuti) y el ex guitarrista de Verve, Simon Tong, se embarcó en una nueva aventura musical. The Good, The Bad & The Queen es el nombre de este relajado álbum que presenta una asombrosa variedad de influencias estilísticas. Pero, ¿por qué Albarn sigue complicándose tanto la vida? Sin afeitar, aparentemente con falta de sueño, lejos de su casa y ya levemente "picado", un Albarn gruñón nos permitió echar un vistazo dentro de su cabeza.





Damon Albarn (a la mesera): —¿Un pirata, por favor?





Mesera: —¿Qué es eso?





Damon: —Ron con cerveza sin alcohol. El trago más popular en el Caribe.




Mesera: —No tenemos cerveza sin alcohol.




Damon (decepcionado): —Es una especialidad inglesa. También lo llaman Old English Ginger Beer. OK. Entonces tomaremos dos grandes de ron y coca. Es también como el pirata.




—¿Estuviste mirando "Los piratas del Caribe"?(Con acento de pirata)




—Ohhh, todo empezó hace cuatro o cinco años. En ese momento...





—Está bien, en serio. Izaste las velas y te embarcaste en nuevas aguas musicales sin mapa. Detrás de todo esto hay una idea de aventura y exploración, ¿no?





—Somos un país de piratas, eso es verdad. En una época fuimos los piratas más grandes del mundo. Nos las ingeniamos para llevar a la ruina a continentes enteros. Eso se debe a que somos una isla. No podíamos conquistar nada por tierra, tuvimos que recurrir a los barcos. Los holandeses también fueron buenos piratas. No son una verdadera isla, pero pronto lo serán, ja, ja, ja.





—¿El calentamiento global nos va a cambiar la vida?





—En cuanto se produzca la primera inundación verdaderamente gigantesca por el calentamiento global, se desatará un infierno. Por otro lado, mañana mismo podría alcanzarnos un asteroide y se acabó todo, pero eso no afecta demasiado a nadie, es el destino. Lo que nos cuesta mucho aceptar son procesos graduales como el cambio climático. O esa porquería en Irak. En los últimos cuatro años, cada vez que veía a Blair me daban ganas de agarrarlo del cuello.





—Todas las letras del álbum giran en torno del Londres moderno, especialmente la convivencia de distintas culturas y visiones del mundo en tu barrio, Ladbroke Grove. ¿Por qué tanta referencia al lugar donde viven.





—Porque somos vecinos. Paul (Simonon) y yo vivimos en la zona cercana a Portobello, nos gusta nuestro barrio, nos interesan su historia y su presente. Nos encanta la idea del crisol de razas. La creencia en que todas las culturas y las ideologías imaginables pueden vivir juntas aquí, en gran medida pacíficamente. Me enferma el intento que han hecho últimamente de enfrentar a los musulmanes contra los no musulmanes, la forma en que los políticos alimentan constantemente esa agresión latente.





—¿Hasta qué punto fue espontánea la idea de grabar un álbum con tu nuevo grupo?





—Fue un proceso gradual. Nos reunimos, empezamos a vernos más seguido y finalmente decidimos viajar a Nigeria. No hizo falta mucho para convencerme (risas). Después terminé con una pequeña crisis de identidad, volví y Paul, que no quería ir con nosotros a Africa, vino. Todo quedó en stand by porque entre un proyecto y otro metí el álbum de Gorillaz. Después construimos nuestro nuevo barco con una mejor navegación y un enorme cargamento de licor.





—¿Es cierto que originalmente querías grabar un álbum solista?





—Nooooo. Para nada.





—¿Por qué no?





—Porque ni me entusiasma ni me interesa. Soy una personalidad lo suficientemente grande, no necesito que mi estúpido nombre esté en el álbum. ¿Me explico? Por un lado, soy egocéntrico. Por otro, enseguida me canso de mí mismo, especialmente cuando trabajo. De verdad, de verdad me gusta estar con otros cuando hago música.





Paul Simonon: —Oh, nos estamos acercando a un tema sumamente oscuro. La sodomía entre los marineros...





—De todos modos, muchísima gente se pregunta si estás haciendo algo con carácter solista...





Damon (con mirada amenazadora): —No necesito ser más de lo que ya soy. ¿Entendés? Lo que necesito es formar parte de otras bandas, constelaciones, ideas. Esa es la parte genuina, humana, fantástica, de hacer música. De la vida misma. No me gusta mi música. Amo la música de otros. Es una buena razón para que quiera trabajar y tocar con ellos. ¿Queda claro ahora?





—¿Empezaron completamente libres o fijaron pautas?





Paul: —No, Damon trajo la mayoría de los temas, después nos pusimos a trabajar en ellos, cambiamos mucho y experimentamos. Eramos personas tocando juntas. Aprendimos, sobre todo en una situación en vivo, que menos puede ser más. Esta música es mucho más tranquila, mucho más relajada y, por consiguiente, tiene su fuerza especial. A veces, se puede oír una rata cuando tocamos los temas en el escenario.





Damon: —La idea es que los temas suenen como si hubieran sido compuestos alrededor de una fogata. Me gustan las canciones simples: voz, guitarra acústica, mandolina, piano.





—Esta banda es exactamente lo opuesto a Gorillaz, donde todo gira en torno de la imagen, la apariencia y los personajes imaginarios.





Damon: —Sí, soy consciente de eso. Somos una banda en caricatura de piratas en blanco y negro. Pero no es que un día tuve la idea: "Es hora de hacer algo distinto". Gorillaz también son los más exitosos como la única banda en caricatura del mundo. Pero en algún momento la cosa habrá pasado o se cansarán. No hay que repetirse. Los Clash tampoco se reformaron nunca y por buenas razones.





Paul: —Yo también lo veo así.





—¿Vamos a ver un solo álbum de GBQ o son una banda con futuro?





Damon: —Todavía no sabemos. Vamos a ver cómo nos llevamos. Esto es como alcohólicos anónimos, pero con música. Si todo sale bien, seguimos. Lo bueno que tiene la vida de un pirata es que ves solamente hasta el horizonte. No sabés que hay más lejos, estás abierto a sorpresas. Esa brújula que te predice todo, tenés que estar dispuesto a apagarla en la vida de vez en cuando y estar abierto a las sorpresas.





—¿Y tus demás planes? ¿El musical de Gorillaz? ¿Blur? ¿Reformarse?





Damon: —Lo que ahora figura en mi lista es una ópera que será presentada en Manchester este verano y creo que también en Berlín. Jamie (Hewlett, el compañero de Albarn en Gorillaz) y yo estamos produciendo una nueva versión de la leyenda de la ópera china: Monkey: Journey to the West.





—¿Y qué pasará con Blur?





—No hay ni plazos ni decisiones. Volveremos a hacer algo cuando consideremos que es oportuno, cuando los cuatro estemos otra vez a bordo y alguien tenga buenas ideas para hacer canciones.

26 marzo 2007

"Prohibido tocar en suelo inglés"



The Clash tampoco puede tocar en suelo inglés, la otra mitad de la anárquica criatura más brillante que el punk haya engendrado es deslumbrantemente coherente entre sus letras y su forma de vida. En París graban para un programa de t.v. y ante las repetidas peticiones de parte de los técnicos para que bajen el volumen deciden ir al baño para luego de un tiempo volver al set con las ropas pintadas con inscripciones que se leían en pantalla fácilmente: Vous êtes tous des putains. En Bélgica tocan en un festival de Jazz donde les llueven latas de cerveza. Mick Jones detiene la banda y dice: «si quieren que sigamos, retiren a la gente de seguridad». Nadie se atreve, «echadlos», recién allí los belgas comprenden el mensaje de los tipos que sangrando, en algunos casos, sobre el escenario, hacen notarles que su agresión estaba mal dirigida. The Clash dice «bien, sigamos», pero en lugar de tomar sus instrumentos del piso, toman las latas y empiezan a tirarlas sobre la audiencia.

24 marzo 2007

The Future is Unwritten - Trailer

http://www.joestrummerthemovie.com
http://www.myspace.com/joestrummerthemovie

THE FUTURE IN UNWRITTEN - Nuevo documental sobre Joe Strummer



crítica de Kevin Kelly, cinematical.com


traducción y resumen: LEPO.


Si te imaginás cómo sería documentar la vida de uno de tus mejores amigos después de su muerte, y juntar todo en el tiempo que dura un largometraje, te podés dar cuenta cuán difícil es.
Eso es lo que tuvo que hacer Julien Temple, el director de 'Joe Strummer: The Future is Unwritten' [El futuro no está escrito], sobre la vida del cantante y líder de una de las bandas más famosas del mundo, The Clash.

El documental de Temple utiliza una enorme cantidad de imágenes de archivo, entrevistas personales y de noticieros, fotos viejas, grabaciones de audio e imágenes que él mismo venía grabando desde 1976. Además, Temple tuvo acceso a los escritos y grabaciones personales de Strummer, que tienen un gran protagonismo en el documental. Incluso utiliza los garabatos y anotaciones de Strummer como animaciones, transiciones entre escenas, o como aclaración de determinadas partes de la película. Por supuesto, lo que mantiene todo unido es Joe Strummer y su música.

El único problema es que Joe Strummer está tan identificado con The Clash, que una película sobre él es casi por definición una película sobre The Clash. En esta película eso es un hecho, y la época de Strummer con The Clash representa la mayor parte del film.
Hay demasiado poco sobre su infancia y su adolescencia, y más que todo me terminé preguntando qué pasó en esa etapa.

En la conferencia de Temple, dijo que le hubiera gustado incluir más cosas en el film, como por ejemplo la relación de Strummer con su padre, pero tuvo que dejar escenas afuera para no excederse de las 2 horas de duración.

Aún así, tanto los fans de Joe Strummer como de The Clash, encontrarán muchas cosas de su gusto en este film. Abarca la formación de The Clash y la actitud de Stummer con respecto a la banda. También su época con los Mescaleros.
Así, podemos ver como llegaron los Clash a tanta popularidad que dejaron de ser punks. Algo que tanto ellos como sus fans reconocían. Su separación dejó a Strummer en un período en el que trabajó en películas, en la música y como actor, lo que terminó redefiniendo su música para empezar una muy activa carrera como solista.

La amistad de Temple con Strummer es un arma de doble filo. Sin duda es algo que le permite acceder a muchísimos datos para el documental, pero a la vez parece que ves tan de cerca a Strummer, que a veces te darían ganas de que fuera algo aún más personal.
No sabemos nada de los hijos de Strummer (que aparentemente no quisieron participar de la película), y a veces es difícil dilucidar cómo era él como persona, además de artista escénico.

Según sus compañeros de banda y sus amigos, esto era así también en la vida real. Algunos veían a Joe Strummer como la máscara que se ponía John Mellor (su nombre real) para subir al escenario, pero otros siguen creyendo que Strummer era la misma persona arriba y abajo del escenario. La película no aclara los tantos.

Hay entrevistas personales con algunos de los ex-integrantes de The Clash, y también unas muy personales con Bono y John Cusack, que resultan muy buenas para el documental. No son simplemente para decir "¡Miren, acá aparece un famoso!".
Temple ambienta esas entrevistas en una fogata, debido a que Strummer solía organizar fogatas antes de morir.

Algo seguro es que el Joe Strummer de las fogatas es mucho más cercano y agradable que el Strummer que evita los enfrentamientos y hace que otras personas echen a algún integrante de The Clash durante el éxito de la banda.

A pesar de que a veces el tono a veces es demasiado liviano, el documental no sólo nos da a conocer el Strummer que no conocíamos. 'Combat Rock' [1982], fue uno de los primeros discos que tuve, y en los álbumes estaba todo lo que sabía de Joe Strummer antes de ver esta película.

Él brilló durante 50 años hasta su trágica muerte en 2002, y este film es un lindo repaso por el significado de Strummer para la música y el mundo. En el documental se lo ve tan descarado como humilde, y se lo va a extrañar.


NOTA: El documental se estrena el 18 de mayo en Inglaterra.


TRADUCCIÓN Y RESUMEN: LEPO.

http://www.fotolog.com/lepo_punkacero


http://espanol.groups.yahoo.com/group/punk_4_the_summer

23 marzo 2007

Biografía (Wikipedia)


The Clash fue una banda británica de punk que estuvo activa entre 1976 y 1986. Es considerada como una de las más importantes de la Primera Ola del Punk originada a fines de los Años 1970. Sus integrantes entre 1977 y 1982, los años más exitosos del grupo, fueron Joe Strummer, Mick Jones, Paul Simonon y Topper Headon.
A diferencia de la mayoría de las bandas punk que se caracterizaban por su simplicidad musical, The Clash incorporó reggae, rock, rockabilly, ska y dub entre otros estilos en su repertorio. Sumado a esto, el grupo exhibió una intencionalidad política en sus letras. El idealismo de Joe Strummer y Mick Jones contrastó con el nihilismo de los Sex Pistols y la sencillez de The Ramones, las otras bandas emblemas del punk en la época. Aunque su éxito en el Reino Unido fue inminente, la banda no se ganó al público estadounidense hasta los Años 1980.
Su tercer álbum, London Calling, publicado en 1979, es considerado uno de los mejores discos de la historia de la música. De hecho, la revista Rolling Stone lo calificó como el mejor de los años 1980 y como el octavo mejor de la historia en su lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos, donde también figuran otros dos discos del grupo, The Clash y Sandinista!, en las posiciones # 77 y # 404 respectivamente.
Algunos de sus temas más reconocidos fueron "White Riot", "Tommy Gun", "London Calling", "Lost in the Supermarket", "Bankrobber", "The Guns of Brixton", "Rock the Casbah" y "Should I Stay or Should I Go". Esta última canción fue un gran éxito 6 años después de la disolución del grupo debido a su uso en una campaña publicitaria de Levi's Jeans.
En 2003 fueron incluidos en el Salón de la Fama del Rock situado en Ohio, Estados Unidos.
A lo largo del tiempo, se ha asentado entre los fanáticos y los críticos el apodo atribuido en una ocasión por su discográfica CBS Records, "The only band that matters" ("La única banda que importa") para referirse The Clash. La aplicación del mismo refiere a que el grupo nunca se desvió de sus ideales ni de sus costumbres por beneficios personales.

http://www.fotolog.com/clash_city_rock

Hola!

Hace algunos pocos meses creé un flog dedicado a The Clash, banda que yo considero de las mejores de la historia del Rock y el Punk.
Hoy abro este blog, con la intención de que otras personas, no sólo yo, podamos dar a conocer nuestros conocimientos, nuestras opiniones, datos, noticias, traducciones e incluso anécdotas, al resto de los "clasheros".
Si querés participar mandáme un mail a thaitu.nadsat@hotmail.com